sábado, 2 de septiembre de 2017

   Suzuki fue el mejor frente al Sporting.

   El sábado el Nou Estadi escuchó un cántico a la negación del fútbol, una oda al nihilismo futbolístico; sobre el enfermo césped no hubo nada, un holograma incapaz de dar respuesta a la lección táctica del viejo zorro de los banquillos, Paco Herrera. El Nàstic fue tan poco receptivo como las ruedas de prensa de Rajoy, plasma incluido.  Los locales parecían la ciudad de Pompeya y los asturianos el torrente de lava fluyendo del Vesubio a toda velocidad.

    Se equivocó Lluis Carreras agitando la coctelera para encontrar una mezcla que no era ni amarga, ni dulce. Los entrenadores marcan tendencia los hay que se defienden mejor delante de un micro que sentados en el banquillo; otros que van de chandal como David Vidal u otros con vestuario de Armani como Lluis Carreras, y también hay quienes a la tercera jornada ya creen ver fantasmas en el entorno (quizás sean los del Roxi que cantaba Serrat) y ante la aparición de los supuestos espectros recurren a la alineación-cóctel. 

    En el Nou Estadi se juntaron seis jugadores salidos de la Escuela de Mareo (dos con el Nàstic) y tal vez por eso la mareante superioridad asturiana que arrancó en tres inadmisibles errores locales con nombre y apellido: Xavi Molina, Jose Perales y Bruno Perone. Una defensa de gelatina con un portero como un flan y un centro del campo más frío que un granizado de limón. En punta Uche andaba, que no corría. Como pudo pensar que le funcionaria una tripleta compuesta por Maikel (fue de los pocos que se salvaron), Gaztañaga (incómodo) y Silvestre (sin rodaje).

   Tres conceptos que debió ejercer la medular grana no los puso en práctica: recuperación de balones, impedir la progresión del contrario y conservar la posesión del balón. Tampoco supieron reducir los espacios del rival. El Sporting fue muy superior porque al cuarto de hora se había aprovechado de  dos pifias locales y se ponía 0-2. Cierto que el Nàstic es un equipo en construcción, pero el orden táctico debería estar completamente sabido y asumido.

   La afición viene muy dolida de la campaña pasada y tiene el amor propio a flor de piel, pero preocupó que a los veinte minutos del segundo tiempo la mitad de los espectadores huyeran del Nou Estadi.  Amigos, las pretemporadas como pueden comprobar son una estafa porque no tienes la obligación de competir. Para acabar les dejó un apunte esperanzador, la vez que se perdió en casa 0-4 frente al Sporting, el 4 de setiembre de 2005, al final se ascendió a Primera.

1x1  (Puntuación del 1 al 10)

PERALES  (3): Acusó el debut, nervios, indecisión y algún gol en su debe. Demasiadas dudas en las salidas.
SUZUKI  (7): El mejor atrás, dos cortes providenciales evitaron jugadas de gol. Atento y con vocación ofensiva. 
JAVI JIMÉNEZ (5): Máxima voluntad y tesón, pero tiene despistes defensivos que crean peligro. Va un poco acelerado.
PERONE (4): Bien en los cambios de orientación y en la anticipación, pero su lentitud provocó inseguridad. Culpable de un gol.
MOLINA (3): Un profesional no puede marcarse el gol que se hizo a los siete minutos. Estuvo desacertado y rifando los balones.
GAZTAÑAGA (4):  Mal debut del vasco, estuvo impreciso, se le vio incómodo y sin anclar su zona en el medio campo. 
MAIKEL  (7): Con altibajos en el primer tiempo queriendo abarcar demasiado espacio; mejoró en la segunda pero le faltó acompañamiento.
SILVESTRE (3): Perdido, chocó en tres ocasiones con compañeros, perdió balones y en los divididos llegó a destiempo.
OMAR  (6):  Estuvo activo a ratos, recortó bien y probó el disparo. Se quedó en actor secundario cuando debe asumir el rol de protagonista.
DELGADO (3):  Igual que la pasada temporada quita más de lo que da, excesivamente horizontal, perdió balones por driblar o por una mala entrega.
UCHE   (5): En el primer cuarto de partido lo intentó y se desmarcó; luego se fue aburriendo y se las comieron todas los rivales.
S.EMANÁ  (4): Su virtud es la presión y ahogo al rival, frente al Sporting no lo hizo; tuvo fallos por malos controles. 
MUÑIZ  (6):  Sorprendió no verle de titular. Al salir impregnó de más ritmo al partido y el equipo merodeó el área rival.
BUSTOS (5): No se le vio en exceso, pero en un par de jugadas abusó de driblar.

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