lunes, 2 de julio de 2018

España Rusia octavos Mundial futbol

A la espera de que el Nàstic arranque, primero en los despachos y luego sobre el césped hoy aprovecharé para dar mi opinión sobre el fiasco de la Selección Española en Rusia. Escribo después de guardar en la retina la preciosa ceremonia de los JJ.MM de Tarragona que mal que les pese a algunos y en el apartado deportivo han sido un rotuno éxito con la participación de más de 40 medallistas olímpicos, 16 campeones del Mundo y 12 campeones europeos. 

España fracasó en el Mundial porque no tenía un entrenador con ideas y corto de experiencia (su temporada en el Oviedo acabó con más pena que gloria). Con la ausencia de Chile, Italia, Camerún y Holanda, selecciones habituales en las últimas citas mundialistas han caído, nada más empezar quedó fuera Alemania y en los octavos Argentina, Portugal y España. Algo se mueve en el mundo del fútbol.

El show de Florentino firmando a Lopetegui, Rubiales cesándole ya en tierra soviética y el aterrizaje de Hierro en lugar de Celades, hacía prever que aquel guirigay acabaría mal. La roja ha perdido esencia, le ha faltado motivación y compromiso en grado inversamente proporcional a lo que le ocurre a Uruguay. Se confió en un portero sin confianza, se apostó con dos laterales ofensivos que en defensa eran un queso gruyere y en el centro del campo ni Silva, ni Iniesta, ni Koke tenían perfil defensivo, todo el trabajo de zapa recayó en Busquets que se vio desbordado.

Arriba las ideas eran turbias, se decantó por la improvisación con Costa (que frente a Portugal si que estuvo), pero no le dieron galones ni a Asensio ni a Aspas. Isco parecía que lo intentaba pero huérfano de ayuda. Los cambios tampoco aportaron porque casi nadie entendimos el porque. Se tocó demasiado en la zona fría, pases y más pases, pero nunca hubo velocidad en los desbordes, ni jugadas de peligro. Juego embarullado, cansino y muy plano.

La que presume de ser la segunda mejor liga del mundo no lo demostró en Rusia; ridículo ante Irán, Marruecos y frente a la amfitriona que desde el minuto uno buscó la tanda de penaltis. Ahora toca buscar entrenador tal vez el ilerdense Roberto Martínez podría ser el idóneo, y cambiar el discurso del equipo e iniciar ena renovación de jugadores empezando por la portería. 
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