martes, 6 de noviembre de 2018

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Imagen de un partido de la Liga de Primera División de Bután.

La transformación veloz del estatus del fútbol profesional en todo el mundo está cogiendo con el pie cambiado a bastantes clubes y sobre todo deja desconcertados a los aficionados de infanteria, a los verdaderos hinchas. Centrándonos en la Liga 1,2,3 nos damos cuenta que han desaparecido las grandes estrellas y que los equipos se nutren o de rotaciones entre equipos de segunda o con la llegada de cedidos, jóvenes futbolistas, para que se rueden. Esta temporada existen 223 futbolistas españoles jugando en ligas extrajeras algunas tan exóticas como Islas Fidji o Bután. Ah¡ en Chipre por ejemplo estan jugando 23 jugadores españoles. Tal vez unos sesenta podrían estar integrados en la Liga 1,2,3.

La LFP sigue primando a los tres equipos que han sufrido el descenso y les coloca un colchón de más de tres millones de euros; luego las recompensas al resto de clubes irá en función del puesto obtenido al final de la Liga anterior y la capacidad de movilización de espectadores (el Nàstic ocupa la plaza decimosexta). Y aquí llega el primer gran problema, un equipo puede pasarse diez sin competir entre jornada y jornada, caso del Nàstic desde el viernes en Albacete hasta el lunes frente al Real Zaragoza. Fidelizar la asistencia es muy complicado cuando se dan hasta nueve horarios distintos en cuatro días.

Sigamos, el tope salarial; es una buena medida para evitar situaciones de quiebra anunciada de las SAD y que los equipos estiren más el brazo que la manga y que al final de la liga se vean abocados a un descenso, pero la norma perjudica a las entidades más modestas y con menor peso social. El mercado, si el Director Deportivo (yo se de uno) se equivoca en los fichajes de verano deberá esperar cuatro meses para intentar remendar el descosido. Y para zurcir el zurdido lo más normal suele ser  cargarse al entrenador.

Los filiales; lo normal y útil sería que tu filial esté en la categoria immediata inferior, o sea en Segunda B, pero el problema viene por la normativa de que tan sólo puedes convocar por jornada un máximo de cuatro jugadores del equipo B, en el caso del Nàstic se quedan en dos porque ignoro la causa Mejías y Suárez disponen de ficha de la Pobla de Mafumet. Ahí  el entrenador está atado de pies y manos. 

El futbol dejó de ser un juego para convertirse en deporte para luego pasar a ser un espectáculo y que ahora es un servil negocio para fabricar dinero. En el fondo a  Javier Tebas le disgusta que el Rayo Majadahonda, Alcorcón, Reus Deportivo o Lugo estén en el futbol profesional porque si los cambiara por el Racing, Castellón, Recreativo o Hércules al final de la competición se podrían sumar un millón y medio más de espectadores en el global de asistencia de la temporada...y más dinero en el mercado asiático y americano.
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