miércoles, 29 de septiembre de 2021

 


Raúl Agné ha sintonizado rápido con el Nàstic como equipo y como club.

El futbol lleva ya varias temporadas donde cuesta saber a que juegan algunos equipos; cuesta reconocerlos como conjunto. Los estilos se han ido perdiendo o diluyendo por la necesidad del resultado. Existen entrenadores que saben a lo que quieren jugar pero no lo saben transmitir a sus pupilos. Se precisa  que el equipo disponga de su ADN, que sea identificable y el Nàstic por desgracia desde la marcha de Vicente Moreno no lo ha logrado.

Qué entendemos por ADN?, que un equipo sea reconocible por su disposición táctica, por su implicación, por su estilo, por su agresividad, por su entrega. Un ADN global que lo muestre en cada jornada juegue quien juegue. Un equipo que no juegue con miedo  cuando tenga el marcador en contra. Que crean en el míster.

Agné ha forjado un once que entiende como quiere jugar su entrenador; trabajo, sacrificio y entrega son situaciones innegociables, luego saldrá mejor o peor en función del rival y de las circunstancias que rodean el futbol.  Para aplicar el concepto que quiere Raúl Agné precisa un portero veterano y atento porque durante el partido actuará poco; una defensa expeditiva con laterales que suban pero que regresen rápido con dos centrales que puedan jugar el balón desde atrás en corto o en pase largo.

En la sala de máquinas opta por la polivalencia de jugadores con músculo que sepan pensar y otros que puedan dejar la banda para entrar por el centro y viceversa. Y arriba dispone de cuatro futbolistas con aportaciones diferentes: potencia, experiencia, rapidez y apertura de espacios, pero todos con hambre de gol.

Ahora solamente hace falta paciencia por los vaivenes que previsiblemente vaya a deparar la temporada. Confirmo que en Tarragona tiene nombre el ADN (Agné Despierta al Nàstic).

______________________________________________________________

Comentarios: