jueves, 7 de agosto de 2014

Manolo Martínez, oficialmente nuevo jugador del Nàstic
La gran noticia la vuelta a casa de un pedazo de futbolista, Manolo Martínez.

Los partidos amistosos de ahora no interesan a casi nadie, aburren ocomo las películas de la saga Crepúsculo, son previsibles, de bostezo, pero la gente va. A pesar de tanto fútbol televisado existe el mono de verlo en directo y por eso el personal, aunque escaso, acude a la sauna veraniega de los estadios...para arrepentirse a la media hora.

Recuerdo de pequeño en la Avinguda Catalunya que en cada pretemporada se disputaban media docena de encuentros contra equipos de Segunda y Primera (el Nàstic estaba abonado a la Tercera) y se disfrutaba, había menos cambios y siempre se solían probar jugadores que eran objeto de apuestas entre los aficionados divididos en quienes decían 'es un paquet' o 'es bo, el paio'. Claro que entonces escaseaba la oportunidad de ver fútbol en el mes de agosto y la primera quincena de septiempre que es cuando comenzaba la Liga.

Los partidos amistosos se han convertido en partidos probeta, donde los técnicos experimentan, prueban y sacan conclusiones, pero los aficionados no atisban ver lo que se está cociendo a fuego lento en la mente del entrenador. A veces pesa la carga de trabajo físico acumulado, otras las incorporaciones que desconocen los mecanismos del juego del equipo, ayer en ocasiones los jugadores granates parecían gravitar por una Estación Espacial, por su lentitud. Supongo que estos partidos sirven para engrasar el motor cara al arranque de Liga evitando así el peligro de que se cale y se dejen los primeros puntos por el camino.

El Sabadell me gustó (gran trabajo físico de Jordi Abella) un centro del campo presionante, insistente, controlador de balón, atrás buen sentido de la anticipación y dosis enormes de oficio. El conjunto arlequinado tuvo más chispa (tal vez porque quiere empezar la competición con un ritmo acelerado para no descolgarse) y dispuso de más efectividad (los dos primeros disparos, fueron gol). El Nàstic estuvo apagado en la definición y sin chispa, pero pienso que era parte del guión. 

¿Qué sensaciones dejó el partido?. Que Vicente Moreno quiere seguir apostando por un fútbol que combina la estética con el pragmatismo, que gusta de tocar el balón desde atrás y que anima a ensanchar el campo buscando las bandas. Que el equipo está más resguardado, que dispone de mejor fondo de armario. Que los jugadores continúan con la disciplina táctica y con la capacidad de sacrificio. Difícil elaborar un análisis individualizado, pero justo es destacar los detalles positivos apreciados.

Bien Jordi Calavera, a pesar de tener poca ayuda de Lago Junior a la hora de defender; feliz reencuentro con Manolo Martínez: sabiduría, experiencia y mando, en un par de semanas estará al cien por cien; magnífico Mossa, sabe desdoblarse y ejerce un fútbol ofensivo bien acompañado por Giner; Rocha volvió a ejercer de generador de juego; detalles de futbolista de Azkorra; del resto de los nuevos poco se puede decir,  tuvieron poco protagonismo porque el rival, que se tomó el partido muy en serio, no les dejó.

El domingo otra prueba frente al conjunto francés del UE Luzenac recién ascendido a la Segunda División y que pertenece a una ciudad de 650 habitantes situada en los Pirineos. Ah¡ Y casi con toda seguridad el 27 de agosto miércoles se dispute el Ciutat de Tarragona frente al primer equipo del FC Sevilla.
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