domingo, 8 de noviembre de 2015


El Nàstic vence y convence ante un débil Huesca
Emaná se convirtió en el jugador 250 en marcar en Liga en el Nou Estadi. 

   Todas las revoluciones son cruentas, la que decidió protagonizar Vicente Moreno ante la visita del Huesca, ha sido incruenta. No dejó cadáveres, tal vez soldados heridos en su moral al verse relegados de la primera línea de fuego. El Nàstic apostó por el génesis y volvió a sus orígenes futbolísticos ante un rival ralentizado y sin encontrar las medidas en la distribución de las líneas. Los granas apostaron por la posesión con un Tejera crecido (pero tímido a la hora de los cambios largos de juego), con un Emaná que estuvo espectacular (y por fin capaz de decantar la balanza) y con dos extremos, Palanca y Jean-Luc, que percutieron por la banda y buscaron la diagonal. 

      El génesis de este Nàstic radica en la posesión alternada con la presión (de lo que adoleció en los últimos partidos), un equipo que se gusta jugando (pocos lo pueden decir en la Liga Adelante), que articula un juego de serpentín (toque, espuelas, amagos, autopases) y que sabe taponar las vías de agua atrás. Un equipo que no se desquició con el arbitraje surrealista y desconcertante del sevillano Figueroa Vázquez. Los granas supieron ensanchar el campo y abrir atajos entre las líneas oscenses para buscar la portería del veterano Leo Franco. El partido se inició con imprecisiones locales pero al cuarto de hora el equipo fue ajustando las ideas y los pases.

      Fue un buen partido, no para enmarcar pero sí para que los aficionados disfrutaran, el rival se amilanara y los puntos se quedaran en casa sin excesivos contratiempos. En la segunda parte el Nàstic cedió la posesión al rival (por eso las polémicas sobre los porcentajes de posesión suelen ser estériles)  porque el Huesca tenía la pelota, pero el Nàstic ponía la presión y el balón les quemaba en las botas a los azulgranas. Y es que los orígenes futboleros de un equipo son irrenunciables, los tarraconenses han sido alabados y admirados por su estilo. Ayer volvieron a mirarse al espejo y se sintieron como Dorian Grey, se vieron rejuvenecidos. El partido, al margen de las pinceladas de pedigri, fue por encima de todo práctico.

    El Huesca volvió a hincar la rodilla como hiciera en mayo (con un Camacho desaprovechado, un Mérida confundido y con Samu Saiz en el banquillo de salida), ahora el domingo toca otro rival de play off, el Real Oviedo, aunque el partido será muy diferente al de costellada que se vivió en junio en el Tartiere.

1x1 Puntuación del 1 al 10

REINA (7): Poco trabajo, una enorme parada. Buenas asistencias de saque.
XISCO C (7): Experiencia en estado puro. Pegajoso en la marca y tarjeta injusta.
MOSSA (8): Enorme el valenciano. Un portento físico, llevó peligro por la banda.
IAGO (7): Listo sacando el balón, se anticipó. Le sobró una falta innecesaria, peligrosa.
MOLINA (7): Jugó fácil, sin concesiones y con pocos errores.
MANOLO (8): Imprimió carácter en el centro del campo, desconectó la creación visitante.
TEJERA (8): Muy activo, aguantó el balón y lo distribuyo. Le faltó algún cambio de juego.
JEAN-LUC (7): Un gol y un posible penalti. Participativo, bajó en el segundo tiempo.
MARCOS (8): Impagable trabajo de desgaste. Gran movilidad.
EMANÁ (9): Ayer fue decisivo. Hizo jugadas de antología y combinó con criterio.
PALANCA (7): Participó del segundo gol y dio el primer. Mostró recursos técnicos y sacrificio.
GINER (6): Dio frescura, se embarulló en alguna jugada. Ayudó en defensa.
XISCO M (6): Volvió a fallar un gol cantado. Necesita marcar para ganar confianza.
FALI (-): Entró en los cuatro últimos minutos.
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