domingo, 29 de noviembre de 2015

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La tarjeta amarilla a Tejera lo condicionó.

     En una vida tan agitada donde la sociedad se mueve a ritmo de vértigo y por impulsos consumistas, la paciencia resulta una virtud tan añorada como los familiares que nos van faltando en la mesa de Navidad. Además en lugar de inculcar solidaridad, respeto y paciencia nos apuntamos a todas las modas de compra compulsiva (Papa Nöel, Halloween y ahora la última el Black Friday). En la era digital encontrar un resquicio para la paciencia cuando todo lo tenemos (o queremos) al instante es complicado.

     En Miranda de Ebro, importante nudo ferroviario en los sesenta junto a Monforte de Lemos y Venta de Baños, el Nàstic tuvo la virtud de la paciencia para deshacer el nudo del partido; era preferible esperar a jugar mejor o a esbozar aquellas jugadas que levantan la admiración en las gradas. Paciencia para aguardar agazapado el momento de lanzar el zarpazo definitivo. Me pareció un estudiado mimetismo de los documentales de TV2 en que el guepardo persigue a una joven gacela tan rápida como él, la deja correr mirándola atentamente y cuando menos se lo espera, el felino salta hasta la yugular y se cobra la víctima. Así me pareció el encuentro ante el Mirandés, difícil de ver en ocasiones por la mala posición de las cámaras.

    El Nàstic en Anduva (que diferencia de campo de cuando lo visité en 1987) estuvo recio atrás con mucho trabajo en ambos flancos por la insistencia rojilla y algo menos por el centro porque Lago Junior estuvo precipitado y algo cohibido. En la zona ancha al Nàstic le tocó trabajar más en la prevención que no en la creación, pero allí surgió Xavi Molina que fue el coloso de rodas. Delante hubo actuación coral primerp Palanca lo probó varias veces, luego fue Rayco quien arriesgó y al final Alex y Naranjo fijaron el momento del zarpazo definitivo.

   Esta vez el equipo no desconectó, estuvo enchufado todo el partido y la mejor preparación física permitió que los tarraconenses juntaran más las líneas al final mientras que los de casa se rompían y dejaban al descubierto sus miserias. Eso si los de Carlos Terrazas fueron más verticales, más incisivos (18 saques de esquina por 2 del Nàstic), pero como hemos dicho por activa y pasiva, el fútbol son goles y si perdonas las ocasiones lo acabas pagando al final. 

   El sábado se recibe al colista, quien nos lo iba a decir que seria a estas alturas de campeonato el CD Almería, pero que nadie se confíe, el partido promete a pesar del horario un tanto intempestivo en puertas del invierno.

1x1 (puntuación del 1 al 10)

REINA (8): Tuvo trabajo y lo resolvió bien. Gran parada con la mano en el tramo final.
XISCO (7): Exigido. No se complicó y tiró de veteranía. Injusta la amarilla.
MOSSA (7): Menos presencia arriba, pero atrás se le dobló la faena.
IAGO (7): Aplicado. Resolvió con oficio. Alguna duda a balón parado.
MARI (7): Retornado. Bien en la marca, apareció poco en la salida de la pelota.
MOLINA (8): Otro partidazo de Xavi. Atento, listo, rápido y anticipativo.
TEJERA (6): Con personalidad, a raíz de la tarjeta jugó algo más cohibido.
ROCHA (7): Tomó el mando en el centro y creció con el partido. 
PALANCA (6): Lo probó al principio muy activo, luego fue decreciendo.
ALEX (6): Pecó de poca verticalidad ofensiva, buena presión inicial.
RAYCO (6): Discontínuo. No encontró espacios salvo una ocasión que malogró.
NARANJO (7): Por fín marcó, eso le puede quitar presión. Es imprevisible.
EMANÁ (7): Se inventó tres jugadas que llevaron el sello del gol.
X.MUÑOZ (6): Pocos minutos.
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