jueves, 17 de noviembre de 2016

Temporada 1961/62, Serer marcando de penalty en 3-1 en la Avinguda de Catalunya. Eran otros tiempos.

     Hoy quiero dejar una reflexión sobre el derby del domingo. Creo que nos estamos pasando (me incluyo, faltaría más) en informaciones, estadísticas, entrevistas y análisis previos al Reus-Nàstic de la próxima jornada. Es un acto de bulimia informativa. Al final acabaremos saturando a los aficionados. Hace años también se jugaban este tipo de partidos con una carga emotiva y tensa superior a la de ahora, pero la información en los medios era una milésima parte de la que encontramos en la actualidad.

   Diarios, semanarios, televisiones, radios, medios digitales, toda la red (Instagram, Facebook, blogs, Twitter) en sus apartados deportivos no hablan de otra cosa. Es bueno tanta abundancia informativa?, no acabará por aburrir a los aficionados?. Exjugadores, exentrenadores, exdirectivos, tertulias, periodistas ya curtidos en docenas de derbis, estos días han inundado redacciones, estudios y platós.

   Ya se que ocurre lo mismo con los Barça-Madrid o Atlético-Real o Espanyol-Barça. Sobre el derby se ha contado todo por activa y por pasiva. Habría que preguntar al aficionado si no le hemos empachado con tanto hablar del encuentro. Tantos cientos de páginas, horas de programación para especular, opinar o simplemente hablar de lo que se dirimirá en noventa minutos sobre el rectángulo de juego.

   Y lo que suele suceder en estos enfrentamientos es que se ve poco fútbol y los partidos suelen decidirse por pequeños detalles. Les confieso que ya tengo ganas de que sean las dos de la tarde del domingo para descansar de la resaca informativa de toda la semana.
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