martes, 23 de enero de 2018

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La conquista del oeste americano trajo la aparición de un elemento emblemático en las novelas y westerns, el Saloon. Un lugar contaminado por el humo de los cigarrillos y el apestoso olor del guisqui que allí mismo se fabricaba con una larga barra por donde se deslizaban los vasos de cerveza caliente. Allí se cruzaban cowboys con pistoleros, cazadores con mineros buscadores de oro o los pasajeros de la diligencia con las chicas del can-can que ofrecían sus bailes y sus servicios si fuera menester. Un enorme espejo reflejaba la actividad habitual con los juegos de naipes, las conversaciones y la música. Y lo que nunca podía faltar un viejo piano y un viejo pianista tocando 'Oh Sussana', sobre su cabeza un cartel colgado que decía 'Please, don't shooot the pianist' (por favor no disparen al pianista).

El motivo no era otro que cuando comenzaban las peleas provocadas por las borracheras y los colts 45 salían de las cartucheras los disparos iban en todas direcciones y el pobre pianista era un blanco perfecto y por ello pedían que se respetara su persona (aunque a veces lo mereciera por desafinar al golpear en vez de tocar las teclas).

El domingo tras  el derbi en Tarragona vivimos una situación similar. Por cierto hacía años que días después de un encuentro no percibía una sensación de cabreo tan colosal contra el juego y la propuesta ofrecida por el Nàstic. Las redes sociales han echado humo destilando una mala leche pocas veces vista. Pero bastantes aficionados indignados no han hecho caso del letrero y han disparado directamente al pianista.

En este caso el pianista era el Director Deportivo Emilio Viqueira. En el zafarrancho del Saloon (Nou Estadi) él no tenía ninguna culpa. Tal vez pudo desafinar en algún fichaje pero frente al Reus era un mero espectador. Aquí el que desenfundó y comenzó a disparar tiros sin precisión fue Antonio Rodríguez (Rodri). Emilio, como siempre, apedazó el equipo en enero (época de rebajas) con buenas incorporaciones porque con el cambio de estación pierden cotización (pareado). 

Viqueira, lo llevo repitiendo, es un hábil fichador, que entiende de fútbol e intenta amortizar las altas con los euros de que dispone. El domingo en el banquillo estaban Álvaro, Dumitru y Márquez, las nuevas incorporaciones que trajo el gallego. Quién fue el culpable de que no estuvieran donde deberían de estar, el césped, pues el entrenador. Por favor no disparemos al pianista porque podemos quedarnos sin música.
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