jueves, 19 de marzo de 2020

(Publicado en julio de 2014)



Los protagonistas granas aquella noche, Rovira, Peter, Griffa, Ruiz Sosa, J. Llobet, Carillo -Agusti Pujol- Royo, Liñero, Iturriaga, Palau; debajo (utilero) Distefano, Palacios, Pepín, Beltri, Duran, Serer, F. Rovira, Czsoka y Ton Alujas.


La muerte de la saeta rubia, ha resucitado el recuerdo de su efímero paso por la Avingunda de Catalunya. Acababa de cumplir 9 años pero las imágenes de aquel partido las conservo bien vivas. De la mano de mi padre a las ocho de la tarde del martes 6 de noviembre ya estábamos en la Preferente del entrañable campo de la Avinguda Catalunya, como aperitivo se habían preparado unas carreras de 1.500 metros con los míticos Barris, Amorós, Mayotal y Cagigal, y unos combates de judo sobre el césped del rectángulo de juego. En las gradas más de 9.000 espectadores bien abrigados pues la noche era fría y desangelada.


El partido entre el Gimnàstico y el F.C. Barcelona (como se les conocía entonces) era un homenaje al tarraconense Agustí Pujol recién nombrado miembro de la FIFA. Para darle más empaque al choque, don Agustín, había convencido a cuatro equipos de Primera División para que cedieran a jugadores para reforzar al Nàstic de Tercera. Así llegaron Ruíz Sosa (Sevilla), Griffa (Atlético), Iturriaga (Athletic, porque Aguirre se había lesionado el domingo anterior) y naturalmente Alfredo Distefano que aquella temporada estaba en el Espanyol compartiendo vestuario con Ladislao Kubala.

De inicio los equipos formaron con sus mejores jugadores, el Nàstic de Mario Anchisi alineó a Rovira, Peter, Griffa, Liñero, Iturriaga, Ruíz Sosa; Durán, Rovira, Distefano, Serer y Czsoka. Por parte del Barça de Roque Olsen, a Sadurní; Segarra, Gensana, Eladio; Vergés, Fusté; Cubilla, Pereda, Goiwaerts, Re y Vicente. En el segundo tiempo por el Nàstic jugaron Palau, Royo, Llobet, Pepín, Beltri y Palacios, y por los blaugranas, Rodri, Gracia, Mur, Koczis y Zaballa. El árbitro del encuentro fue el tarraconense Antonio Caballero, ayudado por Odena y Maeso.

Fue una noche mágica, llega de encanto, maravillosa, descubriendo un futbol distinto al que estábamos tan acostumbrados. Recuerdo un encuentro brioso, con ocasiones de gol del Barça (formidables paradas de Rovira) y ocasiones granas que no se supieron materializar, y un gol anulado a Serer. El primer tiempo finalizó con 1-0, gol de Griffa en propia puerta. En la segunda con los cambios del Nàstic fue un festival grana con siete goles, dos de Cubilla, Re y Koczis y uno de Goiwaerts, curioso los ocho goles marcados por futbolistas extranjeros. Pero por una vez el resultado fue lo de menos, valió la pena por la calidad de don Alfredo que contaba con 39 años, pero conservaba una técnica cercana a lo divino.

Salimos embelesados de haber visto jugadores de Primera División en unos tiempos que solamente se trasmitía un partido de Liga cada semana en la TVE en blanco y negro. El domingo siguiente volveríamos a la realidad de la Tercera visitando el campo del Vic donde se empataría sin goles.
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