domingo, 12 de agosto de 2018

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Los capitanes Rocha y Jose Ramon con el colegiado tarraconense Gonzalo Romero (3ª División)


El Nàstic acaba de poner el cerrojo a la pretemporada con un triunfo holgado, 3-0, ante un Ascó muy bien posicionado sobre el rectángulo de juego y que tuvo a su ángel salvador en la figura del meta Eudald Brull que evitó al menos cuatro goles a jugadores granates. El equipo de la Ribera d'Ebre entrenado por Leo Jiménez tiene buena pinta y se perfila como un outsider a la zona noble de la clasificación.

El partido se disputó ante un millar de espectadores que salieron con dudas, dudas razonables porque el equipo sigue estando en fase de construcción. Todavía existen imperfecciones, se observa cierta desconfianza y se detectan algunas vacilaciones. En el apartado positivo está la persistencia que demuestra el equipo los noventa minutos, la presión insistente en la zona de retaguardia del rival y la defensa adelantada, por cierto bien comandada por el portero Becerra.

Otra duda, tal vez la más angular, el equipo ha funcionado bien a ratos, regular en otros y en algunos momentos mal, pero con un combinado entre posibles titulares y probables suplentes, que pasará cuando se engarce en un bloque al once tipo?. Dentro de una semana tendremos la solución. 

La plantilla aun vivirá algunos retoques, los traspasos de Dimitirevski y Mesa, y posiblemente se busque salida a Perdomo, a pesar del gol frente al Ascó, faltarán por tanto tres llegadas Alex López (prácticamente cerrado), un central y un banda. Si Gordillo logra la aleación perfecta con las virtudes mostradas por los futbolistas puede obtener un buen equipo.

Lo más destacado frente al Ascó fue la flexibilidad y el mando de Becerra, el temple y la visión de Djetei, el buen gobierno de la zona ancha de Rocha, la movilidad y peligro de Manu del Moral, la llegada de Luis Suarez, la calidad de Uche, el remate de Barreiro, el descaro de Dumitru, el buen inicio de temporada de Tete y la distribución de Márquez. Ah¡ a mi Fali de central no me acaba de convencer, su puesto está en el centro del campo.

Resulta decepcionante, en especial de cara al seguidor, que solamente un jugador, Fali, lleva tres temporadas y no seguidas en el equipo, sin contar el retorno de Rocha. Esta falta de enraizamiento, esta carencia de continuidad obliga a que cada temporada haya que memorizar a doce o trece futbolistas y que resulte difícil llegar a empatizar con ellos.

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